Cuando leí el libro “Éxito: una guía extraordinaria”, de Robin Sharma, me fijé especialmente en un capítulo que se titula “El liderazgo comienza en ese pequeño sobreesfuerzo”, y ponía varios ejemplos pero me quedé con uno: “El liderazgo se puede ver en el individuo que resiste la tentación de quedarse bajo las mantas una fría mañana de invierno y sale a correr”. Fue una idea que me marcó muchísimo, y que creo que te puede ayudar como opositor y como docente.
Cuando pensamos en los líderes nos imaginamos a Martin Luther King o a Barack Obama, y al verlos con tanta distancia nos es difícil pensar que algún día llegaremos a ser líderes de algo. Pero si acercamos la perspectiva, si somos capaces de empezar poco a poco, puede que veamos la posibilidad más cercana. Y para ello, podemos empezar por un pequeño “sobreesfuerzo”, porque sí, vamos a tener que esforzarnos. Una oposición no se aprueba sin forzarte y una clase no se lidera sin este factor.
Algunos pequeños “sobreesfuerzos” pueden ser levantarte media hora antes (y en cuanto suena en despertador) para leer libros relacionados con metodologías activas; dedicar media hora después de tu jornada en el colegio/instituto a preparar actividades innovadoras; llamar a la familia de tu alumno más brillante para felicitarlos o incluso proponerte dejar el móvil en otra habitación media hora antes de dormir para relajarte de verdad.
Así que hoy te dejo con este pensamiento, con este propósito, y me encantaría que comentases qué pequeño “sobreesfuerzo” vas a hacer este Adviento para que tu liderazgo empiece a tomar forma de verdad, ¿te animas?.